Nuestra Historia

Vereda nace del pueblo. De los caminos de tierra, las casas encaladas, el bar donde todos se conocen y la plaza donde siempre hay algo que contar. Nace de las ganas de que nuestros pueblos sigan vivos y no se olviden.

La idea surgió en un pequeño pueblo de la comarca de Almazán, en Soria. Allí, donde los inviernos son duros pero la gente es cálida, donde todavía ves tractores por la carretera y se respira campo de verdad. Allí entendimos que lo que muchos ven como rutina, en realidad tiene mucho valor. Que esa vida sencilla que parece de otro tiempo merece ser cuidada y celebrada.

Crecimos entre veranos de bicis sin frenos, meriendas de pan con chocolate, fiestas del pueblo y juegos hasta que anochecía. Algunos nos quedamos, otros nos fuimos, pero todos seguimos llevando el pueblo dentro. Porque eso no se pierde.

Vereda es una forma de decir “esto es lo nuestro”. Cada prenda parte de algo real: el banco donde se sientan los abuelos, la bodega del tío, la fuente que nunca se seca en verano. Queremos que quien la lleve, sienta ese vínculo. Y que quien la vea, sonría al recordarlo.

Pero no todo es nostalgia. También queremos mirar hacia adelante. Ser altavoz de esa España rural que no siempre sale en las noticias, pero que está llena de vida, talento y ganas. Por eso, en Vereda apoyamos proyectos que impulsen el entorno rural y conecten a quienes compartimos este mismo cariño por los pueblos.

Elegimos el nombre Vereda porque representa esos caminos que unen pueblos y personas. Caminos pequeños, pero importantes. Así queremos que sea nuestro proyecto: sencillo, auténtico y con propósito.

Nuestra historia es la de miles de personas que saben que el pueblo es una manera de vivir: cuidar lo común, saludar a los vecinos y respetar los ritmos de la naturaleza. Por eso, cuando llevas Vereda, llevas un trozo de historia, un guiño al futuro y mucho orgullo de tus raíces.

Gracias por sumarte a este camino.